Estos dispositivos son de gran utilidad: pequeños, discretos y con mayores capacidades de almacenamiento cada día, permiten transportar con gran facilidad cuan quier tipo de archivos. Empero, pueden convertirse en un dolor de cabeza para cualquier persona, compañía o empresa.

Suele suceder que toda  ventaja  pueden convertirse en un problema en contra de la empresa cuando quien porta un PenDrive es alguien malintencionado, o que inserta “de forma criminal” su pen drive en cuanto puerto USB encuentra.

Con estos dispositivos, un empleado desleal, rabioso, vengativo, podría copiar la base de clientes de la compañía donde trabaja, o cualquier otro tipo de documento. De la misma manera, podría insertar en la PC un PenDrive infectado y dispersar rápidamente el malware por toda la red de la compañía.

En un mundo tan tecnológico como en el que vivimos cuanquier cosa puede pasar, pues no estamos capacitados para leer la mente de cuantas personas tengan acceso a nuestros equipos.